Dulce compañía...

Imágen obtenida en el siguiente blog
http://fcohurtadoretrato.blogspot.com/

Ángel de la guarda
dulce compañía
no los desampares
ni de noche , ni de día...

Mi madre me enseño esta oración cuando era muy chiquita, recuerdo que la repetíamos juntas.
Cuando sentía miedo, cuando una pesadilla me despertaba la llamaba despacito, casi siempre con una vez era suficiente y a veces dos: Maaaaaaaaa... mamáaaaaaaaa...
Era casi un susuro , como respetando el sueño de mi padre, era un susurro sólo para ella .
Veía su silueta acercarse a mí y escuchaba su voz diciéndome ... que pasa hijita? . Yo respondía haciendo lugar en la cama y ella se deslizaba debajo de las sábana y yo me abrazaba a ella. Me acariciaba la cabeza y empezaba a decir muy suavecito ... ángel de la guarda... . Ya me había explicado que los ángeles me cuidaban y que alejaban los miedos, así que ella empezaba y las dos terminábamos juntas la oración. Me volvía a dormir con mi mamá y el ángel de la guarda sentado a los pies de mi cama.
Ese recuerdo es tan nítido que de grande le he preguntado a mi madre si yo tenía pesadillas seguido y ella me dijo que no, que fue una época y no muy larga.
El tiempo suficiente para que ese recuerdo quedara en mi .
Cuando pienso en mis hijos me surge naturalmente esta oración , como un amuleto de protección que una madre le da a sus hijos. Y lo rezo, con la misma fe que cuando era niña y le pido a los ángeles que no los desampare y le pido a ellos que lleve a mis soles la sensación de un abrazo de madre , para que puedan dormirse tranquilos, sintiéndose abrazados, amados y protegidos y con su ángel de la guarda sentado a los pies de su cama.

Falta poco hijos de mi alma.
Los amamos
Papá y mamá.