Y vinieron con regalitos, recuerdo los tiempos en que salíamos con mamá a buscar pastitos para los camellos y agua para los Reyes que trabajaban toda la noche y llegarían a casa acalorados ( en mi niñez los Reyes llegaban en días calurosos del verano argentino).
Me emociono recordando esa nena que fui, la ilusión con la que vivía el día de Reyes . Mi madre me llevaba hasta la gran tienda de la esquina de mi casa donde todos los años Melchor Gaspar y Baltasar repartían caramelos en la puerta. Recuerdo que mi madre me empujaba suavemente hacia ellos porque me paralizaba verlos tan cerquita y así extendía mi mano y agarraba un caramelo viéndolos sonreír y volvía corriendo hacia ella y recién cuando estaba de su mano la miraba sonriendo. Era una mezcla de emoción y temor , eran los Reyes y además eran magos, tenían el poder de volar hasta la planta 13 del edificio donde vivía y atravesar la reja que mis padres habían puesto en las ventanas , entraban con los camellos al salón de casa y regaban la alfombra de juguetes , los camellos comían el pastito , ellos tomaban el agua y nunca nunca pude escucharlos a pesar del esfuerzo que siempre hice para mantenerme despierta .
Y esa ilusión me duró muchos años porque cuando tenía 9 nació mi hermano Leo y entonces toda la magia empezó de nuevo y yo era un Rey Mago mas en la casa. Eramos los reyes de Leo.
Esa niña se apodera de mi en estas fechas.
Ya hay que quitar los adornos navideños y a mi me da un poquito de tristeza, adoro estas fiestas, adoro la casa vestida de Navidad, la alegría de reunirse, las ganas de saludar a todo el mundo, la magia, por sobre todo , adoro la magia de estos días.
Hasta el año que viene mis queridos Reyes, nos portaremos bien para que vuelvan, para que entren en casa y nos dejen ser niños nuevamente.
Me emociono recordando esa nena que fui, la ilusión con la que vivía el día de Reyes . Mi madre me llevaba hasta la gran tienda de la esquina de mi casa donde todos los años Melchor Gaspar y Baltasar repartían caramelos en la puerta. Recuerdo que mi madre me empujaba suavemente hacia ellos porque me paralizaba verlos tan cerquita y así extendía mi mano y agarraba un caramelo viéndolos sonreír y volvía corriendo hacia ella y recién cuando estaba de su mano la miraba sonriendo. Era una mezcla de emoción y temor , eran los Reyes y además eran magos, tenían el poder de volar hasta la planta 13 del edificio donde vivía y atravesar la reja que mis padres habían puesto en las ventanas , entraban con los camellos al salón de casa y regaban la alfombra de juguetes , los camellos comían el pastito , ellos tomaban el agua y nunca nunca pude escucharlos a pesar del esfuerzo que siempre hice para mantenerme despierta .
Y esa ilusión me duró muchos años porque cuando tenía 9 nació mi hermano Leo y entonces toda la magia empezó de nuevo y yo era un Rey Mago mas en la casa. Eramos los reyes de Leo.
Esa niña se apodera de mi en estas fechas.
Ya hay que quitar los adornos navideños y a mi me da un poquito de tristeza, adoro estas fiestas, adoro la casa vestida de Navidad, la alegría de reunirse, las ganas de saludar a todo el mundo, la magia, por sobre todo , adoro la magia de estos días.
Hasta el año que viene mis queridos Reyes, nos portaremos bien para que vuelvan, para que entren en casa y nos dejen ser niños nuevamente.
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